EL VIACRUCIS DE LA CULTURA EN GUERRERO


El Estado de Guerrero no merece que, teniendo artistas de altísimo profesionalismo y calidad, fotógrafos, cineastas y productores de cine, poetas y dramaturgos, novelistas, músicos e intérpretes, coreógrafos, bailarines, actores y actrices, artistas visuales y multidisciplinarios,  pintores, grabadores, escultores,  dibujantes, promotores culturales  y académicos, que han dejado en alto el nombre del Estado en todos los niveles y que han venido haciendo una labor importante en el desarrollo cultural de la entidad, no cuenten con el respaldo de las instituciones culturales oficiales que están para apoyarlos, debido a las deficientes políticas culturales implementadas, sin una planeación seria y a largo plazo y que además adolecen de un compromiso real que apunte a un desarrollo efectivo y coherente en materia de cultura. Un anquilosado aparato burocrático administrativo impide el flujo dinámico de los procesos que se requieren para el buen desarrollo de las actividades culturales y una pobre visión por parte de los representantes encargados de llevarlas a cabo, hacen que estos procesos se vuelvan lentos y  en muchos casos regresivos, creándose un vacío inmenso que separa a los creadores de las instituciones oficiales que tampoco se han preocupado por tener un acercamiento con los artistas y promotores, encuentro que sería por demás enriquecedor y que permitiría una estrategia conjunta, dinámica e importante, que coadyuve en el necesario proceso de cambio que se necesita para lograr una mayor fluidez y alcance de los resultados en esta importante materia.
No es la primera vez que los artistas y trabajadores de la cultura tienen que sufrir el penoso viacrucis de no recibir sus pagos a tiempo. Todos los involucrados lo hemos padecido en alguna ocasión, con tiempos de espera de hasta casi dos años y esto  es algo que no se le desea a nadie, ni se le hace a nadie, pues es  fruto del trabajo y merece su justa retribución en tiempo y forma pues los proyectos y actividades se ejecutan en este mismo orden. Expreso mi solidaridad a todos aquellos que han tenido y que hoy tienen que pasar por este vergonzoso suplicio. Lo triste es que, con el paso del tiempo, esto ya se ha convertido en “pan de cada día” por la falta de responsabilidad y claridad de las instituciones culturales oficiales y también, cabe decirlo, por la falta de solidaridad de todos los involucrados en el medio cultural para generar una fuerza conjunta que impida que esto (pues ya parece que se ha vuelto “normal”), no ocurra más.


Gerardo León Naranjo
Agosto 29 de 2017

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